dijous, 24 de març del 2011

El ciclo continúa

Dos pasitos hacia atrás para tomar impulso.

Para desgracia de muchos, el fin de ciclo no ha llegado todavía. Mangecster sobrevive en BCN Deportiva. Con algunas caras nuevas, modificaciones tácticas y -por qué no decirlo- menos brillo, pero sin perder el talante ganador: esta temporada, una vez más, campeones de la primera fase y dando guerra en División de honor.

Mangecster 2010/2011

Los cambios en el equipo son profundos. Nos han abandonado tres piezas insustituibles: Pelut, pal de paller en el vestuario y grito de ánimo en el terreno de juego; Morancho, valladar en defensa y punto de apoyo en el inicio del juego; y Bogdan, pesadilla de las defensas rivales por su desborde, sus goles imposibles y sus aspavientos. Adicionalmente, el lesionado de larga duración Julián tiene por delante un proceso de rehab que ni Charlie Sheen, y Fuentes sigue estando sin estar, fiel a su rol de sponsor del equipo.

Como buen club puntero, Mangecster esperó hasta las últimas horas del mercado de fichajes de verano para reforzar la plantilla. Llegaron Pons y Rafa, de cuyas cualidades no sabíamos nada pero tampoco nos importaba porque son de Menorca y en un momento dado siempre podemos okuparles la casa familiar con la excusa de hacer equipo; para paliar la pérdida de Sergi's, se fichó a De Maya, que aunque tiene apellido de aristócrata y pepero, es de Mataró y de ICV; trajo consigo a Castro, previo aviso de su desinterés por la faceta defensiva del juego; por último, Javi Lolo, un viejo conocido, ocupó el puesto de Pelut en la portería -más a lo ancho que a lo largo, todo sea dicho-.

Así las cosas, del Mangecster clásico quedamos Ventanilla, Fuentes, Bertran, Tabares y Queco, y de los fichajes posteriores sólo sigue Jaume, quien a su vez representa el último vestigio de GEC.

We're back!

Al igual que la Champions no empieza de verdad hasta octavos de final, nuestro campeonato no se pone serio hasta que llega la segunda fase. Entre eso y un asuntillo que reclamaba su atención en casa, Queco se perdió toda la primera fase alegando un lesión presuntamente producida en una acción digna de 'Vídeos de Primera'. El resto del equipo se bastó para solventar la aburrida fase preliminar y conquistar un nuevo trofeo para el museo 'Cal Tabares del Besós'.

Como premio, Mangecster fue encuadrado en el grupo de División de Honor en la fase definitiva. En el primer partido, nos enfrentamos a Sorli Discount (la versión kinki de l'Escurçó Negre, aunque sin el gitano cabrón). El equipo con mejores estadísticas de la Liga sólo fue capaz de ganarnos por la mínima (6-5) en el penúltimo minuto, aprovechando uno de los cuatro errores garrafales que tuvimos en defensa y que nos costaron sendos goles.

Y es que aunque nos hemos cambiado el equipaje, algunos no tienen claro que los nuestros son de colorado. Cada vez que nos metían un gol a pase nuestro me acordaba de Bilardo: "¡Me quiero morir! ¡Boludo! ¡Los coloraos son los nuestros! ¡Los C-O-L-O-R-A-O-S!"



El segundo partido aún fue peor: derrota tan clara como merecida contra Universitaris, aka 'Vejestorios Fútbol Club', un equipo cuyas dos únicas armas eran un señor calvo en edad de prejubilación que hacía de cierre y un tipo de 120 kilos que hacía de punta.

En la tercera jornada, por fin, hicimos un partido decente: 8-4 sin el pichichi Rafa y con Ventanilla en fase de recuperación (un eufemismo cualquiera para no decir "cegado cara a gol").

Caixa Sabadell, 2 - Mangecster, 3

Y en éstas, llegamos al partido que nos remite al Mangecster de toda la vida. Ese equipo que no se rinde ante las adversidades, que saca fuerzas de flaqueza cuando van mal dadas, que no se amilana ante el juego duro del rival ni se desorienta por las tropelías arbitrales. El mismo equipo, con otras caras, que le birló una Liga a los semiprofesionales de Prosikitos; que bailó sobre la lluvia con el disfraz de Queens Park Mangecster; y que aplastó a All Blacks (nuestro próximo rival) en el día de nuestro penúltimo título.

El partido pintaba fatal: el portero y Castro fueron bajas de última hora. Por tanto, éramos justos y Tabares se sacrificó por el equipo ocupando el puesto de guardameta. La primera parte fue totalmente nuestra. Ellos se acercaron poco, aunque en la primera ocasión que tuvieron hicieron gol tras superar nuestra línea defensiva con una pared en medio campo. Empatamos rápido a la salida de un saque de esquina: 1-1 al descanso.

En la reanudación, Jaume se lesionó y nos quedamos con uno menos. Variamos a un 2-2-1, con Bertran y Pons aguantando atrás; Queco y Rafa multiplicándose en el centro del campo y Ventanilla fijando a sus dos centrales. Con quince minutos por delante, hicimos el 2-1 en un penalty cometido sobre Queco y horriblemente ejecutado por Rafa, quien a partir de ahora pasa automáticamente al último puesto de la rotación de tiros libres directos. Au! Por ponernos l'ai al cor. Empataron en una jugada desgraciada, pero Mangecster supo aguantar el resultado hasta el final y dar la estocada en el último minuto con el hattrick de Rafa.

1x1:

Tabares: SACRIFICADO. Su cambio de posición fue determinante para ganar el partido. Es triste, pero es así. Con él en el centro del campo hubiera resultado harto improbable detener las acometidas de un rival con superioridad numérica. En cambio, teniendo una zona de influencia acotada al área de portería, su desempeño fue intachable. Poco pudo hacer en los goles y salvó uno a bocajarro. Le debemos un mojito (total, tampoco los pagamos...)

Jaume: REVULSIVO. Mientras estuvo en el campo, jugó con seriedad. Esto es, no cometió errores de bulto. Su lesión dio alas al equipo, que se rebeló ante la adversidad. En la exploración visual que se realizó en el vestuario no se apreció daño ninguno en el empeine de su pie derecho. Si en las próximas fechas se le concede una hipoteca en Caixa Sabadell tendremos motivos para sospechar de tráfico de influencias.

Pons: ROCOSO. El Puyol de Ciutadella (o cercanías) no destaca por su habilidad con el balón en los pies, pero es infranqueable para jugadores de nivel medio, lo cual es una garantía en esta Liga. Además, intimida a árbitros y rivales: cuando grita o protesta nadie entiende un carajo de lo que está diciendo porque parece que hable con una menorquina en la boca... pero como pone cara de chalado, los rivales se achantan y el árbitro no le amonesta porque no tiene ni puñetera idea de qué coño le está diciendo. A falta de destacar en otros aspectos, considerémoslo una virtud.

Bertran: CRECIDO. Con el tiempo, se ha convertido en indiscutible para el equipo. Más que nada, porque no tenemos otros. Aun así, cada vez se muestra más firmes en labores defensivas, y cuando consigue avanzar con el balón sin hacerse la trabanqueta a sí mismo, es capaz de crear peligro. Ayer incluso probó el disparo ¿a portería? un par de veces. Si no llega a ser por la red que delimita el terreno de juego, mata a dos que hacían footing en la Carretera de la Aigues.

Queco: STOPPER. La decadencia no perdona ni a los más grandes. Los problemas físicos nos condenan a conformarnos con una versión empequeñecida de un jugador que ha marcado una época en esta Liga. Aun así, ha sabido reciclarse para ser útil al equipo. Ha pasado de destrozar partido con su desborde y definición a limitarse al achique y la distribución de juego. En cualquier caso, participó decisivamente en los tres goles: fue objeto de un penalty y sirvió dos asistencias

Rafa: EJECUTOR. Cuando fichó por Mangecster nos dijo que jugaba en Regional y nosotros nos lo creímos. Sin embargo, si mi padre le hubiera visto en sus primeros partidos y se le hubiera pedido su valoración -en plan jurado de Operación Truño- hubiese dicho casi literalmente: "corre como un pato mareao y no acaba ni una". Afortunadamente, su rendimiento ha mejorado con creces. Corre mucho y marca muchos goles. Si sigue así y el Madrid acaba la temporada en blanco, igual hasta lo renovamos.

Ventanilla: FARO. No porque nos ilumine con su juego, sino más bien porque está más estático que una jirafa con tortícolis. De momento se lo pasamos porque sale de un lesión, pero de los once chicharros que ha marcado el equipo desde que reapareció ha marcado la friolera de... cero. Es más, su participación en estos once goles se ha limitado a dar palmas, ya sea desde el banquillo o desde el campo. Se exige mejora inmediata o su futuro penderá de un hilo en septiembre

dimarts, 28 de juliol del 2009

La victoria de la autoexigencia

Hay dos términos que se han repetido hasta la saciedad en los últimos años para definir los vaivenes deportivos del Barça. Después de la Champions de 2006 y el fracasinho del año siguiente, se habló de 'autocomplacencia'. Este año, en cambio, ha sido el del triplete de la 'persistencia'.

En la segunda vuelta del año pasado, tras ganar contra pronóstico la liga regular ante el potente Prosikitos Team, Mangecster cayó en la autocomplacencia y se arrastró por los campos durante la segunda vuelta, exceptuando alguna victoria para la honra. Esta temporada, tras arrasar en la primera fase, el equipo siguió mostrando la buena línea en la primera vuelta de la fase decisiva, pero entre las lesiones de jugadores importantes como Morancho, Ventanilla y Queco y los compromisos internacionales de Pelut y Borja, Mangecster se hundió hasta el cuarto puesto, a ocho puntos del líder, aunque con tres partidos menos. Y aun así, el equipo persistió.

El resurgir

Quedaban cuatro partidos. Había que ganarlos y esperar que los resultados entre los otros equipos que aspiraban al título nos favorecieran. La segunda premisa se cumplió cuando a Mangecster le faltaban tres partidos por jugar: nueve puntos en juego y siete de desventaja con Safa. Aun así, las perspectivas no eran halagüeñas: tres partidos en una semana con Morancho, Tabares y Ventanilla recién recuperados de sus respectivas lesiones, Queco de baja, Pelut y Borja en Cuba y Fuentes de luna de miel.

16/07/2009. Mangecster 7 - Bunker 3

La primera de las finales, contra el colista, era el más fácil. Queco reapareció, aunque ni a la mitad de sus facultades. Afortunadamente, al equipo le bastó con la sobriedad defensiva y la efectividad de Ventanilla para ganar sin problemas. A destacar los golazos de Ventanilla y Morancho, sendos obuses de volea que quitaron las telarañas de la escuadra rival.

20/07/ 2009. Kempo 2 - Mangecster 5

La prueba de fuego: Kempo. En el partido de ida, les habíamos ganado bajo un manto de agua, en un ejercicio de adaptación al medio, oficio y entrega. Ubicados en la parte alta de la clasificación, el rival nos superaba en fortaleza física, pero también en desorden. Queco, ya casi recuperado de sus molestias, tomó las riendas del equipo con un hat-trick en la primera parte que encarrilló la victoria.

A la media parte, 3-1 y el partido por decidir. La seguridad defensiva y un golazo de Tabares, puntapié por la escuadra, les hundió moralmente. Con el partido decidido, un desatadoTabares intentó una frivolité: vaselina con efecto al palo que no cubría el portero, que, de haber entrado, nos habría obligado a llevar al señor delegado de urgencias a la Vall d'Hebron. Eso sí, con medio título a la butxaca.

23/07/ 2009. All Blacks 3 - Mangecster 13

Con un empate bastaba para conseguir el heptacampeonato, el quinto título liguero en las últimas seis ligas regulares en las que hemos participado. Poca broma. Además, y por vez primera, aspirábamos a la máxima distinción de la competición: el campeonato de la liga de División de Honor, donde ni uno solo de los rivales tenía un nivel mediocre. Todos eran buenos o muy buenos: Safa, donde todos los jugadores, sin distinción, la tocaban; Magnum, una especie selección de de tres de los equipos más laureados de BcnDeportiva; Kempo, fuertes y competitivos; o los propios All Blacks, con un tipo en el centro del campo que parecía sacado del Pro-Evolution Soccer y otro que tenía un cañón en el pie derecho.

Nos presentábamos con las bajas de Pelut, Borja, Fuentes y Jaume. Ni por esas. Antes de los diez minutos de partido, Queco se encargó de demostrar que Mangecster no conoce la autocomplacencia. Nada más empezar, un chute con marchamo de gol fue torpemente desviado por Tabares, tal vez ansioso de monopolizar la gloria después de su exhibición en el partido contra Kempo. A la siguiente jugada, sin Tabares por medio, chute cruzado y 1-0. Cinco minutos después, balón recibido por la izquierda, amague y chute ajustado al palo corto: 2-0. Sin dar tiempo a respirar, combinación con Ventanilla y punterazo ajustado al otro palo: 3-0. All Blacks, como su nombre indica, lo veía todo negro.

El del cañoncito puso el 3-1, que duró lo que una china de hachís a la puerta de un colegio. Jugada personal de Queco y asistencia a Tabares para que la empuje: 4-1; robo en el centro del campo y cañonazo por toda la escuadra, 5-1; doble pared y chut con la puntera que, desviado con fortuna por la defensa, engaña al portero: 6-1. El bombardeo de Nasagaki fue más llevadero que la hostigación a la que sometimos al rival.

Con el partido prácticamente sentenciado, Mangecster se dedicó a vivir de rentas, y aun aumentarlas, en el segundo tiempo. Queco, a compartir honores: otra asistencia a Tabares (sin rencor) un tuya-mía con Morancho y un par de golitos más, uno de ellos con la ya clásica romarinha, punterazo a la esquina que no cubre el portero. Tabares y Morancho, y hasta Bertran, se unieron a la fiesta con tres goles más. Nótese que no he nombrado a pichichi Ventanilla: no, no mojó. Por una vez y sin que sirva de precedente, jugó más para el equipo que para sí mismo.

Al final, el equipo cantó CAMPEONES y el cava inundó el vestuario...



1x1

Javi Kaiser: ABURRIDO. Pobre, no va a venir más. Después de sus amargas quejas por lo poco que tuvo que intervenir en los dos partidos anteriores, la defensa de Mangecster tuvo un detalle con él y se abrió cual los mares ante Moisés para que el chaval tuviera ocasión de mostrar sus reflejos.

Morancho: DESENFRENADO. Su próxima paternidad le ha creado un estado de estrés que solo gracias a Mangecster ha podido esquivar. Lo ha hecho base de chupinazos: si bien la mayor parte de sus disparos siguen la senda de los del yernísimo Angoy cuando jugaba en los Dragons, justo es destacar los dos golazos ante Bunker y All Blacks, que hubiera firmado el mismísimo Ronald Koeman. Un año más, cinco kilos más, un valladar en defensa y un desatascador en ataque, firmando esta temporada su récord goleador.

Bertran: CRECIDO. El que en sus primeros partidos con Mangecster mostró la peor versión de Oleguer es hoy la cara mejorada de Puyol: firme y rápido en defensa, pegajoso en la marca y con arrestos para subir al ataque, a veces con la suerte de contribuir con goles. Pero lo mejor de él y lo que le diferencia de todos los demás es que siempre está metido al 100% en los partidos. Solo se va a la Luna de Valencia cuando comete una gran cagada, cada vez menos frecuente, pero con un par de gritos vuelve a la Tierra. Grandísima temporada la suya.

Rabassó: SOBRIO. No es fácil integrarse en un equipo ganador cuando en tu primera intervención te vas solo por banda en busca de un pase largo y, sin oposición alguna en cinco metros a la redonda, caes de bruces al más puro estilo mujer torpe participando en la prueba de las zamburguesas de Humor Amarillo. Es duro. Ni Oleguer Presas se vio en éstas. Por eso es más meritorio si cabe levantarse y dar la cara.

Tabares: RESOLUTIVO. Intermitente, como de costumbre, pero más efectivo que nunca. Sus arrebatos de geniliadad han superado en esta recta final del campeonato a sus cada vez menos frecuentes travesías en el desierto de la mediocridad. Su golazo ante Kempo y el hat-trick ante All Blacks paliaron la ausencia transitoria de Ventagol.

Julián: SERENO. En su primera temporada completa con Mangecster, ha aportado el equilibrio (he estado tentado de utilizar la palabra veteranía pero no lo he hecho...¡ups!) que el equipo echaba en faltan en algunos partidos. Además, su versatilidad nos solucionado problemas tanto en defensa como en ataque, y de vez en cuando hasta ha marcado goles pese a que, como diría mi padre, chutando a puerta tiene menos fuerza que el peo de un maricón.

Queco: EJECUTOR. Tres goles y dos asistencias en el decisivo partido ante Kempo; siete goles y tres asistencias en la finalísima ante All Blacks. Todo eso, en plena fase de rehabilitación de sus maltrechos isquiotibiales. 'No hase falta desir nada más'. Si acaso, que hable la voz de la sabiduría y la experiencia:



Ventanilla: GENEROSO.
Otro al que le sienta bien la paternidad. Aunque en el tramo decisivo del campeonato no goleó como en él es habitual, su contribución al equipo fue aun mayor de la acostumbrada. Su presión arriba ayudó al centro del campo en el quite e incluso por alguna pirueta del azar, se le vio retrasar varios balones para que el compañero que venía de cara en mejor posición que él finalizase la jugada.

dimarts, 7 d’abril del 2009

Queen's Park Mangecster

A estas alturas, a Mangecster le queda muy poquito que demostrar en el campeonato BCN Deportiva: cinco veces campeones de Liga, varios trofeos 'Pichichi', dos 'Zamora' y equipo máximo goleador de su grupo en prácticamente todas la Ligas disputadas.

Este año hemos mejorado si cabe nuestros registros: campeones de la primera fase con nueve puntos de diferencia sobre el segundo, el nada desdeñable 'Escurçó Negre'; 14 victorias y una sola derrota en en 16 partidos disputados; 113 goles a favor (7 por partido) por 48 en contra ('Zamora' para Pelut); y por si fuera poco, 2 de los 4 mejores goleadores del torneo (servidor de ustedes, con 33 tantos, y Ventanilla, con 29).

Me detengo a analizar brevemente los dos últimos partidos de la primera fase. A falta de una jornada nos proclamamos campeones al vencer en un partido bronco a CSK (8-5). Poco que contar: inicio malo, varios goles en contra en la primera parte y remontada a trancas y barrancas en la segunda. Discusiones en el campo y cava de 15 euros la botella en el vestuario. Para que os hagáis una idea del nivel...


Mangecster 9- Escurçó Negre 6


El último partido de la primera fase tuvo mucha más historia. Nos enfrentábamos a Escurçó Negre, un buen equipo contra el que las hemos tenido de todos los colores: al principio nos ganaban, después la cosa se equilibró y ahora no nos meten mano ni con las cinco copas que llevamos en el cuerpo (el lector avispado captará el doble sentido de la oración).

El partido presentaba todos los impedimentos posibles para Mangecster: la relajación de saberse campeón, la ausencia de Morancho, la enésima espantá de Fuentes, etc. No obstante, Escurçó cometió un error fatal: no nos hicieron el pasillo. Y no hay cosa que más reviente a un equipo campeón que un golpe en su orgullo. ¿Esas tenemos? Pues vamos a verlo...

Ellos vinieron con refuerzos de su equipo filial, el Magnum: uno era el moreno que se cree bueno y que va de chungo... lástima que no sólo no me la quita ni de rebote sino que además siempre acaba recibiendo estopa; y el otro colega suyo, el típico posturitas /chulo-piscinas/ pixa freda que sólo sabe hacer florituras en su propio campo que no sirven para nada. Ninguno de los dos le mete un gol al arco iris. Pamplinas. Bueno, a lo que iba, que me pierdo... Nosotros, por contra, éramos siete justos. Suficiente para realizar uno de los mejores partidos de la historia de Mangecster.

Fue un match vibrante desde el inicio, con Mangecster siempre por delante. Primero con un gol de Queco a puerta vacía tras driblar a medio equipo rival, al portero, al delegado federativo, al jardinero y hasta al que marca las líneas de cal. Nos empataron, pero Julián hizo el segundo con un chute ajustadísimo...al palo opuesto al que apuntó. Toda la primera parte fue un toma y daca, pero nos fuimos con uno o dos arriba, no recuerdo bien.

La segunda mitad fue de quite y aguante, que dicen los argentinos. Queco fingió un problema muscular para permutar su posición con Ventanilla y asegurarse así el pichichi, como acabaría ocurriendo. Ellos lo intentaron con todo pero no pudieron con la infranqueable defensa de Mangecster, que además se permitió el lujo de culminar la victoria con una jugada de tiralíneas que el diligente central Figuera empujó a las redes.


La segunda fase

Retos nuevos en la fase final. La mayoría de nuestros rivales son desconocidos..., aunque dos de ellos ya nos conocen a nosotros porque nos los hemos pasado por la piedra en las dos primeras jornadas. El debut contra 'Xut Cibernètic' fue plácido: 8-3, con hat-tricks de Bogdan y Ventanilla y venga, para casa calentitos.

El partido de la segunda jornada fue otro cantar: en concreto, cantar bajo la lluvia ante el equipo campeón del grupo con el que nos cruzamos en esta segunda fase: el Kempo, con dos tipos por encima de los 30 goles y registros goleadores similares a los nuestros.

El primero que cantó fue Pelut, que como viene siendo habitual regaló el primer gol. Empató Queco y luego encajamos dos más antes que Julián descontara a poco del descanso (3-2).

Clase de baile bajo la lluvia

Caía el diluvio universal, ellos eran más fuertes -tal vez más buenos también-, tenían ventaja en el marcador y nosotros, una vez más, no teníamos cambios. No sé los demás, pero a la media parte, pasaban por mi cabeza -acurrucada al abrigo del toldo que protege el banquillo- tres pensamientos:
  1. cuándo coño se acabaría ese tormento de partido;
  2. cuántos goles nos enchufarían en cuanto empezásemos a acusar el cansancio; y sobre todo...
  3. cómo me quedaría mi recién entrenada media melenita, calada por el agua de la lluvia y cayendo con gentileza sobre la zamarra de Mangecster con el 10 al dorso. Mmmm... ¡lástima que no hubiese cámaras!
La táctica en la segunda parte estaba clara: balonazo arriba y a luchar la segunda jugada. Ellos fueron de listos y se empeñaron en tocar y tocar. Como era de esperar, nuestra estrategia no surtió efecto en los primeros diez minutos, pero para mi sopresa tampoco ellos creaban peligro.

El partido se fue abroncando por obra y gracia de Bogdan, que sacó de quicio a medio equipo contrario con sus comentarios al árbitro. A Queco, que había pasado literalmente de puntillas por la primera parte, lo habían tirado al suelo y estaba empapado. Así las cosas, se puso a jugar en serio.


El partido da un vuelco


Justo es decir que el artífice de la remontada fue Bogdan, que se aprovechó de dos errores defensivos del rival para darle la vuelta al marcador (3-4 y diez minutos por delante). Ellos se volcaron, y fue entonces cuando les matamos. Queco hizo el quinto y el sexto, y Ventanilla redondeó el marcador antes que ellos pudieran descontar. ¡Ale, cracks! 4-7, a rabiar al vestuario y a olernos el culete en la tabla. ¡Pringaos!

Haga sol o truene; ni por fuerza bruta, ni por calidad; en un barrizal o en moqueta. No hay nada ni nadie que pueda con este equipo, que cuenta sus partidos por victorias en 2009.


El 1x1


Pelut: CONTRARIADO. Por alguna razón que sólo él puede explicar, regala el primer gol de cada partido. A veces lo reconoce, pero ante Kempo, se negó a aceptar que había encajado un "gol tonto". Tal vez la pelota hizo un 'estrany' o quizás todos padecemos de estrabismo. En cualquier caso, a un tipo que se pone debajo de los palos bajo un chaparrón no se le puede exigir nada más. Además, hizo una de sus paradas con el pie 'a lo Barru' en un momento decisivo. Bien.

Figuera: CRECIDO. Moran... ¿qué? ¿Borrancho? ¿Morancho? ¿Y ese quién es? No me acuerdo de él. Sólo sé que tenemos un cierre que ni la casa de José Luis Moreno después de que hayan soltado al rumano. No pierde la posición, no se deja superar con facilidad y las más de las veces ni siquiera deja que el rival se gire. Pasa la bola o pasa el jugador. Nunca los dos.

Bertran: ASENTADO. Le van niquelaos los partidos en los que somos justos. Si pasa por el banquillo se pone nervioso o algo y tarda diez minutos en entrar en el partido cuando vuelve a salir...los justos para que le toque descansar de nuevo. En cambio, cuando juega el partido entero, va sobradísimo. Y si encima no se puede rasear el balón, ya se sale.

Tabares: DESQUICIADO. Si en tus primeras siete intervenciones, pierdes los cuatro balones que te llegan y te dejas hacer tres caños seguidos cuando te toca defender...malament rai. Al final será verdad que no hay que decirle nada, porque cuando no se le berrea ha llegado a jugar realmente bien. Será cuestión de intentarlo, pero va a costar lo suyo.

Bogdan: DETERMINANTE. Man of The Match. Hizo en todo momento lo que requería la situación del partido. Su segunda parte fue impecable: primero, con sus chivatazos al colegiado de las protestas del rival en plan 'repelente niño Vicente'; una vez calentada la atmósfera, dos robos, dos goles y el partido patas arriba. Cinco goles en dos partidos confirman que ha recuperado la puntería a base de punshots.

Queco: enDIEZado. Sólo le faltaba la pelambrera para parecer nativo de Chacarita. Como buen pelotero, se sintió incómodo en un campo impracticable, pero en cuanto le empezó a hervir la sangre surgió su casta y su clase para decidir con dos goles de maestro: primero, robo de balón y toque suavecito con el interior al palo contrario...¡búscala que igual llegas!; seguidamente, pared con Ventanilla y para dentro al palo corto, sin ángulo y sin piedad.

Ventanilla: EMBALADO. Su mujer debe estar aún en cuarentena con el tema de parto porque no es normal la energía de este chico. Está como un tiro: rápido y resolutivo. Su único gol del partido fue un dechado de las virtudes que debe atesorar un delantero: buen control de balón, perfecto uso del cuerpo para proteger el balón, giro rápido y chute cruzado a contrapié del portero. Impecable.

dimarts, 25 de novembre del 2008

Oda (inacabada) a ManGECster

Después de un partido me cuesta dormir. Lo mismo da que haya sido un partido fácil o difícil; bronco o tranquilo; igual si hemos ganado, perdido o empatado; cuando he metido tres, porque los he metido; si he fallado cinco, porque los he fallado. Es curioso, esto no me sucedía antes, cuando en teoría jugaba “en serio”. Supongo que el hecho de jugar de noche tendrá mucho que ver, pero sin duda no es el único motivo.

Cuando empecé a jugar en ManGECster yo acababa de dejar el fútbol amateur. Nunca me gustó entrenar. O mejor dicho, nunca me gustó la idea de ir a entrenar. Una vez estaba en el vestuario, con los amigos, enseguida me entraba el mono de pelota. Lo duro eran los pasos previos: hacerse la bolsa; decirle a los colegas: “hoy no puedo, tengo entreno”; desplazarte hasta el campo; volver a casa muy tarde y muy cansado. Al final, no valía la pena. Total, tampoco me divertía tanto.

Muy poco después de dejarlo, ya estaba como loco por encontrar algún equipo con el que jugar. Monté un equipo de fútbol 7 reciclando amigotes de aquí y de allí, pero aquello sólo duró un año. De GEC fiché a Catany, un crack con tendencia a sufrir lesiones musculares. Por entonces, Pelut y yo ya le habíamos sugerido montar un equipo de empresa a Solache, el tipo de RRHH de la época en la que trabajar en GEC era divertido. Se lo tomó en serio: nos compró las camisetas, se inventó un nombre para el equipo y hasta consiguió que la empresa nos pagara parte de la inscripción. Un gran tipo Solache, el Joan Gamper de ManGECster.

Los inicios

El primer año éramos una auténtica banda: al portero, Carles, lo escogimos por el mero hecho de ser el único medianamente dispuesto a ponerse de portero; la defensa, aún sin Morancho, era una auténtico coladero; la media no existía, era un mero espacio de paso entre una y otra portería: y delante teníamos un OPNI (Obeso Peludo No Identificado), que se las arreglaba como podía.

Ganábamos de vez en cuando, porque a menudo no había rival, pero jugábamos rematadamente mal. Yo me iba a casa muy cabreado, pero no decía nada porque aún no había suficiente confianza como para rajar de los compañeros. Y las pocas veces que lo hacía, el OPNI se enfadaba como un niño al que le quitan la piruleta. Aquel primer año sería, a la postre, nuestra única temporada sin títulos.

ManGECster 2.0

La primera gran mutación de ManGECster llegó la temporada siguiente con la incorporación de Morancho. Un jugador tosco, con pocos recursos técnicos, pero un jugador al fin y al cabo. El resto –quitándome a mí, claro- no eran más que hombres en calzones. Ese año ya hicimos más de un buen partido. Recuerdo especialmente una derrota por la mínima contra Bar Gabino, un equipo hecho y derecho con gente que sabía jugar bastante bien a fútbol. Creo que aquel día fue la primera vez que pensé: “Eps, aquí hay algo parecido a un equipo”. Acabamos la temporada ganando la segunda fase, en la que fuimos el mejor de los peores equipos del campeonato.

[Disclaimer: me avisan por gtalk que me han traicionado los recuerdos. Como su link indica, la derrota contra Bar Gabino fue el primer año, con lo cual rectifico: hubo por lo menos un partido decente de ManGECster ya en el primer año]

El año siguiente también ganamos. No sólo eso: hicimos doblete. Nos habíamos convertido ya en un conjunto medio serio, difícil de batir. Seguíamos sin jugar un pimiento, pero ya se empezaban a ver cositas. Tampoco es que hubiera mucho nivel en el campeonato, pero algún equipillo sí había, como la Unión. Y éramos capaces de ganarles. Además, yo ya tenía ascendencia en el vestuario, y más de uno había aprendido a jugar un poquito. Estábamos preparados para ascender de división.

Salto de calidad

La pasada temporada significó la confirmación de ManGECster como equipo a tener en cuenta. Es más, en un partido épico, le pasamos la mano por la cara a un equipo (Prosikitos) eminentemente superior a nosotros. Contra todo pronóstico, ganamos un campeonato donde había, al menos, tres equipos más -a perte de nosotros- de bastante nivel. Poca broma. El año no terminó muy bien a causa de las lesión del jugador franquicia (yo) y la desidia que hizo mella en el equipo durante toda la segunda fase. Pero aun así, ManGECster dio muestras de su orgullo hasta el final.

La metamorfosis

Y llegamos a la temporada 2008/2009. Hemos cambiado mucho en cinco años. Lo pensaba el otro día al volver de nuestro último partido, que resolvimos sin problemas (12-3) ante CSK, un equipo que llevaba tres victorias en sendos partidos. Los borramos del campo. Y no es que fueran un equipo pésimo. Sólo que ManGECster es, hoy por hoy, muy superior a los equipos mediocres. La semana anterior le habíamos metido otros 12 a Lulu’s, que tenía dos tíos bastante buenos. Es muy probable que ambos equipos nos hubieran ganado años ha, pero a las puertas de 2009 ManGECster es un equipo con cara y ojos, a pesar de lo que digan las crónicas.

Decía al principio que no puedo dormir las noches de partido. Repaso mentalmente lo que hemos hecho mal y lo que no está tan mal. Me pasa siempre, no lo puedo evitar. Pero el otro día, cruzando el túnel de la Rovira, recordaba los partidos contra Bar Gabino, cuando no teníamos otro recurso que encerrarnos en nuestra área y buscar el gol por sorpresa. Ahora no. Perdimos contra Juguem Tots, sí, pero con grandeza. Fuimos superiores, y ellos lo saben. Y cuando nos los volvamos a encontrar en la segunda vuelta, seremos favoritos. Porque somos mejores.

El primer año sólo le metía broncas a Ventanilla, porque al fin y al cabo era el único al que le venía ciertas maneras. Le precedía la fama de goleador en su paso por la UOC, y ciertamente el tío tenía gol. Nada más que eso, pero no nos engañemos, es un detalle importante. Ahora, en cambio, me mosqueo con todos, porque todos me han demostrado que saben hacerlo bien. Y eso, aunque resulte cursi y un poco vanidoso reconocerlo –y más aun escribirlo-, me llena de orgullo.

Y es que mientras daba vueltas en la cama después del partido, me venían a la cabeza las combinaciones, los goles, los contrataques, las jugadas de estrategia y, en definitiva, el control que ejerce ManGECter en casi todos sus partidos. Antes jugábamos como un equipo empequeñecido; hoy, los rivales se empequeñecen ante nosotros. ¿Quién lo hubiera dicho hace cinco años? Yo, que soy el que más sé de esto, no, desde luego. ¡Jugamos a fútbol! Y a veces lo hacemos realmente bien. Por eso esta oda:

1x1: el histórico

Pelut: EL PAL DE PALLER.
ManGECster le debe mucho a Pelut. Para empezar, si no fuera por él, no existiríamos. Fue de los que convenció a Solache. Y no ha sido el único sacrificio que ha hecho por el equipo, ni el más importante. Cuando nos quedamos sin portero, él, que disfrutaba jugando, se ofreció. Eso va mucho con él, pero no por ello debemos dejar de agradecerlo. No sólo eso: ha progresado como portero. Hasta hace poco, paraba las parables y poco más, pero de un tiempo a esta parte, la historia es otra. contra Juguem Tots, salvó tres disparos rasos y angulados con el pie, tres de esos que hace un año hubieran sido tres noooooooo. Y el en el último encuentro hizo una parada realmente buena. Pero no buena para ser Pelut. Buena de verdad. De reflejos, algo que muchos no imaginábamos que tuviera. Lástima que acabara en gol, pero es el sino de Pelut.

Bertran: LA PROGRESIÓN. Si alguien simboliza el crecimiento como equipo de ManGECster, ése es Bertran. Cuando empezó a jugar, era algo así como el homo erectus futbolisticus. Y no lo digo por las melenas, que también. Era malo, muy malo, malísimo. Diríase que no había jugado nunca antes. Ahora no es que sea Maldini, pero cuando le haces un pase atrás no te sientes como si estuvieras entregando tu portero a las FARC: el balón ya no le quema cuando el equipo circula, es una lapa en la marca y además se ha puesto fuerte como una roca: le das un puñetazo en el abdomen y te fracturas los metacarpianos. Ha florecido como las amapolas en primavera.

Jaume: LA COMPETENCIA. En el colegio tenía un protegido. Era una chaval timidote que no gustaba juntarse demasiado con el grupo de los ‘enteraos’, pero aun así era uno de mis favoritos. Me prestaba sus apuntes, siempre impolutos, y me dejaba copiar en los exámenes. Sabía lo que tenía que hacer y lo hacía muy bien. Un tío apocado pero aplicado, que con los años se convirtió en mi amigo, mientras que el grupo de los ‘enteraos” se desintegraba poco a poco. Jaume me recuerda a él: siempre cumple con lo que de él se espera, y no se complica intentando cosas que no le tocan hacer. Es duro, vigoroso y eficaz: la diligencia personificada. Su fichaje ha sido un acierto y en pocos partidos ya ha hecho olvidar al Kaiser. Una de mis debilidades.

Morancho: LA GARANTÍA. Las cosas como son: ManGECster empezó a ser un equipo difícil de ganar cuando llegó Morancho. Antes éramos una banda, un castillo de naipes sin cap de colla. Con él tenemos un seguro de vida, pero no de esos que van en los packs de Lehman Brothers, no. Uno de los que valen dinero. Hasta hace poquito era un valladar en defensa, pero es que este año, además, se está destapando en ataque. Cuenta sus partidos por goles y aun le sobra alguno. Y por si fuera poco, fue el artífice del título del año pasado con dos golazos de estrategia en el partido contra Prosikitos. 

Bogdan: LA MAGIA. El Tamarit de ManGECster. Cuando menos te lo esperas, cuando peor pintan las cosas, se saca un murciélago de la chistera, ya sea una croquetinha, un punterazo a la escuadra o un gol olímpico. Es la fantasía hecha jugador, el muñequito de la PlayStation que se la tira larga por banda y no hay quien le alcance (aunque a veces él tampoco alcance la pelota antes de que salga por la línea de fondo, pero eso es lo de menos). No se esconde en los partidos determinantes y siempre se puede recurrir a él cuando el cansancio apremia, las ideas se agotan y se falta el aire. Es lo que tiene no aplicarse en labores defensivas.

Edu: LA PEGADA. El pipiolo del equipo reúne algunos de los rasgos más característicos del más veterano de los jugadores: la picardía, el poder de intimidación verbal del que ha crecido en la calle, esa panza que mengua su punta de velocidad... Tiene por los menos dos o tres partidos brillantes al año, de esos que le sale cualquier cosa que intenta. Esos días, ante el jolgorio del delegado, lo mete todo p'adentro. Todo menos el vello vaginal de Vanessa, la recepcionista que nos la pone tiesa. ¡Namás faltaría! Tiene probablemente el mejor chute de la plantilla: seco, duro, colocado -no busquen sarcasmo con lo del "chute colocado". Lástima que no pueda prodigarse tanto como quisiéramos en el tiro por poseer una maniobra de ejecución del disparo más larga que las que hacía mi primo cuando se hizo la mili en Melilla. 


Julián: LA TEMPLANZA. Él sí es veterano de verdad, y aporta una serie de cualidades de las que hasta este año carecíamos: el gusto por el toque, la presión en la salida del balón del rival, la pausa,... Ha tenido que venir un murciano a aportar la cuota de seny (léase seni) que le faltaba al equipo. ¡Hay que joderse! Su polivalencia dota de muchas soluciones a ManGECster. Funciona bien de pivote y de carrilero por las dos banda, y también puede jugar detrás. Si Gabri no fuera un jugador infravalorado lo compararía con él, pero para que no se me moleste lo compararé con..., qué sé yo, el Macho Figueroa. No, espera, que era ariete...¿el Tito Pazos? Tampoco, ese era central... mmm, ¿no te vale Tendillo?

Fuentes: EL SEÑUELO. Las malas lenguas dicen que permanece en el equipo porque no se retrasa en el pago de las cuotas y porque sus reiteradas ausencias facilitan la ecuanimidad en el reparto de minutos en cancha. Lo cierto es que Javi no es más que nuestra treta para los rivales que envían ojeadores a espiarnos. A la hora de la verdad, él aparece -tarde- y salta al campo a mostrar sus cualidades, que no son pocas. A menudo nos sorprende con detalles de calidad que nadie es capaz de imaginar que pueda hacer ni en sus sueños, como cuando Puyol se hace un coast to coast de año en año sorteando rivales a base de bicicletas y ruletas. Es una pena que no pueda venir más porque podría servir de acicate para Ventanilla, que tiene poca o ninguna competencia en su puesto.

Ventanilla: LA GUINDA. El encargado de poner el broche de oro al fútbol desplegado por ManGECster. Es un auténtico "Finalizator", el colofón de todas las jugadas: un rematador implacable las más de las veces; algunas otras, esa molesta cereza que te ponen en el pastel de manzana sin otra función que servir de proyectil o de canica para practicar el tute. Fue un OPNI, pero de eso ya hace mucho tiempo. Desde que perdió kilos, ha ganado velocidad, fuerza y, sobre todo, confianza. De un tiempo a esta parte está tan rápido y se siente tan superior a la mayoría de sus marcadores que quiere hacer demasiadas cosas. Es un pecado de soberbia, pero no hay más remedio que perdonárselo ahora que ya no necesita que se le fabriquen todos los goles. Otro que juega mucho mejor ahora que antes de conocerme, mal que le pese.


[Epílogo: No se os ocurra creéroslo todo ¡¿eh?! Lo que se ecribe en este post tiene de cierto lo mismo que el resto de crónicas...Así que nada de autocomplacencia, que ya sabéis a dónde conduce... ¡Al loro! ¡Que no estamos tan bien!]

dimecres, 19 de novembre del 2008

El derby

Cuando era pequeño, cada domingo se repetía el mismo ritual. Mi padre me despertaba a las 9:30, bajaba a comprar el Sport y los cruasanes. Cuando subía, yo ya me había desperezado y preparado la bolsa. Desayunábamos tostadas con mantequilla. Él con El Periódico; yo con el Sport. A no ser, claro, que el Barça hubiera jugado la noche anterior, en cuyo caso él se quedaba con el Sport. Me preguntaba si me había puesto las espinilleras. No. Coscorrón: "¡Eres un ruina!".

A las 10:30 h. salíamos de casa. Él aprovechaba el trayecto hasta el campo para darme las últimas consignas. A saber:
  • "Al 7 no se la pases que no te devuelve ni una pared. Es un gana"; 
  • "De lo que te diga el el entrenador, ni caso. No tiene ni puta idea. Tú hazme caso a mí, estaré en uno de los córners donde ataquéis"
  • "A ver si te pone de 10, de 9 no vales para nada porque no sabes chutar. Tienes menos fuerza que el peo de un maricón"; 
  • "Busca al Mapi, que sube bien por la banda y es el único que te pone buenos centros"; 
  • "Si hay una falta cerca del área, pícala tú. El paquete del 6 las envía todas al colegio. Debe de tener algún hermano seminarista"
Terminado el partido, y dependiendo de los pormenores del mismo, seguía el ritual: 100 pelas por gol marcado (más adelante serían 500). Adicionalmente, si según mi padre había hecho un buen partido, íbamos a comer al frankfurt de Pedralbes. Si no, para casa. Con mala cara. Y con reproches:
  • "No sé pa qué chutas. No le metes un gol al arcoiris. Tienes menos fuerza que el peo de un maricón" (esta frase la recuerdo bien porque era muy recurrente) ;
  • "Ese tío es tonto (el entrenador). No sé qué le ve al 7. No te un pase ni por equivocación. ¡Y lo pone cada partido! (nótese que estamos hablando de niños de 12 años); 
  • "Este año no le ganaréis a nadie. Los de hoy (el otro equipo) eran una banda. Namás tenían al alto" (en el otro equipo siempre había un alto);
  • "El 5 te ha pegado un palo namás empezar y te has cagado. No has vuelto a meter el pie en todo el partido. Pa hacer eso, pide el cambio"; (lo de "pide el cambio" era otro clásico);
  • "Tú has estado muy bien Mapi" (según mi padre, Mapi siempre estaba bien).

La salsa de la vida

Si Mapi no venía y yo, según mi padre, había jugado bien, lo dicho: al frankfurt de Pedralbes. ¡Ohhhhhhh! Era el preludio de un buen día. ¡Nada me hacía más feliz! De camino, claro, todo eran elogios. Lo desproporcionado de las reprimendas cuando lo hacía mal no era nada comparado con la magnitud de las alabanzas cuando lo hacía bien:
  • "¡Qué golazo! ¡De Primera División! Eso no lo hace el 7 ni en sueños!";
  • "¡Si es que no sé qué haces aquí! ¡Tienes más clase que todos los demás juntos!";
  • "¿Ves qué pasa si me haces caso? Has de pisarla más, ¡que te llevas a tu tío cada viaje!";
  • "La próxima vez que te ponga de 9 le mandas a tomar por culo (al entrenador). Tú tienes que hacer de Laudrup";
  • "Si tuvieras un poco de voluntad, me podrías haber sacado de la ruina. Pero, ¡no re!, prefieres quedarte con tus amiguitos... Y tu padre, a levantarse a la 5 cada mañana" (aquí ya se ponía un poco melodramático)

Aparcábamos en doble fila, nos hacíamos sitio a codazos en la barra y yo gritaba: "Coca-cola, cerveza y dos lomos con mucha!". La clave de esta frase es "con mucha". Con mucha salsa de esa que le ponen al lomo en el frankfurt de Pedralbes.  En la historia de la gastronomía no se ha inventado nada mejor que esa salsa desde el Colacao. Ir al franfurt y no probar esa salsa es como..., qué sé yo: ir al Coleccionista y que no esté el Pelut. El asunto pierde toda su magia. 

O aún peor: es como jugar en un equipo de fútbol y no tener rivalidad con algún otro equipo. ¿Dónde se ha visto eso?


Conjurem-nos Tots

Al principio fue el Bar Gabino; más adelante, la Unión; el año pasado, Prosikitos; y este año, Juguem Tots. Son los rivales a batir. El enemigo. Charlies del Vietcong que salen de la selva dispuestos a matarnos o morir en el intento. 

El fútbol es pasión. Son los empujones en una tángana; los insultos a tu marcador; la burla al porterito cuando se la clavas por debajo de las piernas; la trabanqueta indisimulada al bueno de los otros; el cañito cuando vas ganando por seis al pilpil que antes te ha hecho una falta; el menosprecio al árbitro. Todos estos detalles son la gracia del juego. La salsa del lomo. Cuanta más, mejor.



Juguem Tots 3 - ManGECster 2

Fue un partido muy trabado. Ocurre a menudo en los derbies. Los jugadores de ManGECster, como ya es habitual, salieron al campo muy fríos. Si hubiera estado allí mi padre, me cago en todo lo que se menea, hubiera pegado tres berridos que..., que....vamos, "¡que no sabe ni ande s'ha metío!" (sic). 

Ventanilla, en crisi absoluta de juego y efectividad, desaprovechó las primeras oportunidades para poner al equipo por delante. Ellos no. A la primera que tuvieron, marcaron a la salida de un córner en un despiste imperdonable de todo el equipo de ManGECster. ¿Quién cubría a ese tío? Yo lo sé, porque tenía una buena perspectiva desde el banquillo, pero no lo voy a decir, que eso es muy feo... (lo pilláis, ¿no?). Al descanso nos fuimos 1-0 a su favor.

En la segunda parte fuimos muy superiores. El equipo estuvo sólido atrás e incisivo en ataque. Morancho empató en una de sus cada vez más habituales coast to coast. Doble pared con Queco y gol. Cinco goles en cinco partidos para él. Bien, pero tampoc cal que te toques por eso. Tu función es otra. Con el empate, la dinámica era claramente favorable a ManGECster, pero Pelut cometió un error propio de la tensión del partido y se volvieron a poner por delante en el marcador. Nada que objetar al portero -tranquilo, ya vendrá el 1x1-, que antes y después de ese error desbarató "a lo Barru" varios disparos de Juguem Tots. Estilo poco ortodoxo, como todo él, pero cada vez más efectivo. No como Ventanilla (no sé si esto lo he comentado antes....).

El equipo no se vino abajo. Pudimos empatar enseguida, pero Borja marró increíblemente una oportunidad de oro. Por entonces, Juguem Tots ya jugaba descaradamente a la contra, y su portero perdía el tiempo miserablemente ante el beneplácito del mequetefre del árbitro. ManGECscter atacaba con todo, pero el portero rival tiene nivel y sacó tres o cuatro manos muy buenas. Tranquilo, gordito, ya nos volvermos a encontrar. "Rat Penat" Rius corrigió pronto su error anterior con una "croquetinha" a velocidad de vértigo que no captaron ni las cámaras de "Lo que el ojo no ve". Y menos su portero. 

Pero no el día de ManGECster. Dos minutos después de la segunda igualada, el de negro pitó una falta en contra a todas luces inexistente que acabó sentenciando nuestra derrota. Tuvimos alguna ocasión más, pero el cansancio y las manoplas del gordito acabaron con nuestras esperanzas. 


Detalles del partido

No hago el 1x1 porque no me acuerdo mucho ya. Pero a grandes rasgos, decir que:
  • Pelut: perfecto si no hubiera sido por un error clamoroso que nos costó un gol. Ese error hace las veces del ejercicio de los exámenes de Física. Bien que te sepas toda la teoría, pero si la cagas en el ejercicio, estás suspendido. Me sabe mal, pero es lo que hay. 
  • Bertran y Jaume: contundentes atrás. Bien.
  • Morancho: bien también, pero sin alardes. Mucho pase directo al ariete y poca circulación
  • Julián: acarajao como en todas las primeras partes. Le pasa como a mí en el Luz de Gas. Cuando empiezo a estar a tono, encienden la luces y chapan el garito. Hay que hacer la faena antes, murciano.
  • Tabares: venía de hacer un gran partido del que no hay crónica (ooooh), pero en este que sí la hay estuvo fatal. Ahora dice que soy yo que le pongo nervioso. Mira, chato: lo siento pero es lo que hay. Mi padre me estuvo diciendo lo que tenía que hacer desde el córner donde atacábamos durante 15 años. He salido así. Así que espavila.
  • Borja: flojito, chico. Buen gol, pero hay que aportar más cositas.
  • Queco: saliendo de una lesión, hizo un trabajo de desgaste inconmensurable. Lo dejó todo en la presión y el quite, y eso le hizo perder frescura en la creación. No lo puede hacer todo: Miguel Ángel sólo hubo uno.
  • Ventanilla: quiso hacer la guerra por su cuenta y sólo le sirvió para cansarse y cabrearse. Ni eres John McClain ni esto en la Jungla de Cristal. Cuando hay una mala racha y no entran hay que intentar ayudar de alguna otra manera al equipo. 

Esta vez nos ganaron, pero en el partido de vuelta, for Christ's Sake, los vamos machacar. ¿Oléis eso? ¿Lo oléis muchachos? Es napalm.



Yo también huelo a victoria.

dimecres, 22 d’octubre del 2008

¿Tocamos o seguimos con lo del patadón?

Lo malo de ver los partidos en el banquillo es que observas las cosas con demasiada perspectiva. Cuando estás en el campo, te das cuenta que no te devuelven ni una pared en condiciones y que, con el balón en los pies, todos escogen la opción que no toca. Pero no pasa de ahí. Además, estás tú para devolver caramelos cuando te tiran piedras..., para que eso se parezca un poco a jugar a fútbol. Pero no. Eso es otra cosa.

Es como cuando Pelut se fija en una mujer a las 5 de la mañana en el Almo2bar después de larga noche de pomadas en el Coleccionista. Entre la borrachera, el humo y lo lejos que está la muchacha, ve lo que no es. Él se piensa que está buena, y se lo comenta al oído a Palomo. Hay noches, no todas, que Palomo, algo más sobrio que Pelu-etílico -aunque no menos necesitado de amor- aún tiene criterio para distinguir el polvo de la paja (nunca mejor dicho: una paja a tiempo es una victoria). Borja no está de acuerdo: no sólo le da la razón a Pelut sino que ya está en su trinchera preparando la ofensiva:

Palomo: Sergi, tío, eso es un troll
Pelut: Que no Palomo, mírala bien, té uns ulls preciosos!
Palomo: Hombre, lo que sí tiene es un buen par de tetas... pero para mí que no tiene ni 14 años...Además, tiene un piercing en la nariz. ¡Seguro que es independentista!
Pelut: Pero, ¿qué dices? No tens ni puta idea! M'he enamorat! -se gira- Borja! Borjaaaaa! M'he enamorat!
Borja: De qui? D'aquella? Mmmmm, sí que està bona! Jo li entro i te la deixo en safata...Anem!

(...)

El estilo irrenunciable vs la necesidad de triunfar

Cuanto más se acercan a la muchacha, más se extreman las posiciones de cada uno de ellos: Pelut, en su nebulosa de alcohol, se da de bruces con la realidad: es un orco. Pero ya da igual, son las 5 (Si es que...t'espaviles molt tard!). Jugará la última mano; a Borja se la suda. Total, aquí el que se juega los cuartos es el Pelut (pero si él estuviera en su situación, haría exactamente lo mismo); Palomo es el único que racionaliza la situación. Ve los toros desde la barrera porque él para torear vaquillas no vale. Su estilo es irrenunciable. Intenta evitar el desaguisado estirando del brazo a Sergi, pero éste ya se está lanzando hacia el abismo. Él no piensa en el estilo: necesita participar en el juego para triunfar. Y los resultados le dan la razón: hasta ahora le ha ido más o menos bien...

La dualidad de Pelut sirve para describir la situación actual de Mangecster. Nuestros resultados son buenos, y diríase que la lógica invita a seguir por el mismo camino. Esto es: patadón de Morancho a Ventanilla y que sea lo que Dios quiera. Así hemos ganamo muchos partidos, y los seguiremos ganando. Y además nos hemos divertido. Pero, chavales, hemos subido de nivel: antes a duras penas le plantábamos cara a Bar Gabino; el año pasado, Prosikitos nos estuvo oliendo el culo en la clasificación, y fue incapaz de ganarnos en el partido decisivo; este año hemos de subir un escalón más: hay que jugar mejor a fútbol. O al menos, hay que intentarlo. P-O-D-E-M-O-S!

Mangecster 5 - Patanes 4

Buena primera parte. Bien Tabares en la finalización, efectivo Ventanilla y buen orden defensivo. La segunda parte, un desastre absoluto. Una cosa es tocar y otra muy distinta es hacer el gilipollas con el balón en tu propia área. Y no me extiendo más porque...porque mira...porque acabaremos malamente.


Pelut. DESAFORTUNADO.  Bien en el calentamiento, como en él es habitual. En la primera parte se enfrió porque el contrario no pasaba del medio campo y eso le pasó factura en la segunda. Por no parar, no paró ni el golpe que le dio Bertran en el cuarto gol en contra.

Bertran.  NEGADO. ¿Verdad que yo no soy Ferran Adrià? Pues por eso no compro levadura para bufar brownies de chocolate con canela caramelizada. Pues tú no eres Baresi. Completa la regla de tres. Y por cierto, la próxima vez que hagas un piscinazo asegúarte que tienes un rival a menos de dos metros de distancia. Si no, no cuela. 

Jaume: INFRANQUEABLE. Algunos dudaban de su incorporación al equipo cuando le fiché. Se nota porque cuando corta un balón se escucha muy alto y muy fuerte "¡Bien Jaume!". Cuanto a uno se le anima mucho es porque no se espera mucho de él. Pero está callando bocas.

Julián: SOBRIO. Juega al tran-tran, como los trenes de cercanías antiguos. Lento pero seguro. Aporta critero en la circulación y eso hay que aprovecharlo. Por cierto, cuando dice "¡Sí, sí!" no es que vaya a soltar un lefazo. Lo que quiere es que se la paséis. Lo digo porque parece que más de uno no lo acaba de captar.

Morancho: DESUBICADO. A mí me diréis lo que queráis, pero yo no le veo en el centro del campo más que como solución de emergencia. Barre, corta y rasca. Vale. Pero ahí hace falta también un poquito de control del tempo. Un poquito más de calidad, vamos.

Tabares: PEGADOR. Típico partido en el que no se le puede pedir más. A parte de que tardó 10 minutos en enterarse de que el rival empezaba con uno menos, marcó un par de goles importantes, e incluso me pareció apreciar que robaba un balón. ¡Inédito!

Uri: DESAPERCIBIDO. Cuando uno tiene pinta de corredor de maratón, una de dos: o es un trotón o es un minga fría. Éste creo que era más lo primero, pero tampoco lo tengo muy claro porque no tocó mucho la bola.

Ventanilla: OBCECADO. No entiendo por qué los mejores goleadores pueden llegar a ser lo que son sin tener ni puta idea de jugar a fútbol. Hugo Sánchez era incapaz de hacer un control ni un regate, pero te metía 40 goles. Ventanilla se piensa que el fútbol se pita el campo-atrás, pero mete goles y no se le puede decir nada. El día que deje de meterlos, me lo cargo.



dijous, 12 de juny del 2008

Victoria de honra

Mangecster es un equipo con un palmarés de órdago en Bcn Deportiva. Exceptuando un primer año de acoplamiento en el que sólo se obtuvieron éxitos individuales, el equipo ha encadenado en tres años gloriosos tantos títulos como reconocimiento. Esta temporada no ha sido menos: campeones de la fase regular en el grupo más complicado que nos ha tocado en suerte durante todas estas campañas, cuatro ya.
Hacia el cambio de ciclo

Sin embargo, los años no perdonan y los ciclos terminan. La segunda vuelta que está realizando Mangecster no ha estado a la altura de la historia, el prestigio y la calidad de la plantilla. A la plaga de bajas de los hombres importantes, se ha unido una falta de compromiso con el equipo y una desidia en el campo que ha acabado por hundirnos en la clasificación de esta fase final. Planea en el ambiente la duda sobre algunos jugadores, a los que se acusa de haberse borrado en cuanto los resultados nos han dado la espalda: fingidas molestias, supuestos apuros laborales y otros vergonzosos subterfugios han dinamitado el equilibrio de Mangecster hasta el punto de situarnos como el peor equipo del grupo, sin ni una sola victoria en nuestro haber..

Incluso el público, al que no se le puede engañar, ha desertado. Hace muchos partidos que Tabares sénior no nos deleita con su presencia, por no hablar del apoyo del frente femenino de GEC, que han pasado de ser esporádico a... no ser. En Pellaires ya nadie pregunta qué hizo Mangecster en el último partido.

Un último hálito de orgullo...

Anoche nos enfrentábamos a Universitaris, un equipo al que un trimestre atrás hubiésemos barrido del campo sin contemplaciones. Pero no en estos tiempos. Ya habíamos caído derrotados (3-5) en la ida, en un partido lamentable de todo el equipo. Ayer, la cosa pintaba peor si cabe. A los 10 minutos de la segunda parte, un Mangecster plagado de "asimilados" perdía 5-2 con su "Big Three" bajo mínimos: Morancho, alias "el Melsa", exhalaba sus últimos supiros de agotamiento, mientras que Ventanilla y Queco, tocados, se lo miraban desde el banquillo con una mezcla de resignación y cólera.

La visión de "el Melsa" corriendo detrás del balón como un pollo sin cabeza en la posición de ariete fue más de los que el espíritu competitivo de Queco podía soportar. Pese a que en el descanso había dimitido del partido, el (de nuevo) All-Star de Mangecster se levantó y pidió el cambio. Ventanilla, que barajaba la opción de refugiarse en el banco amparándose en una presunta sobrecarga en los isquiotibiales, siguió el ejemplo de la patum y salió al campo. Con la vuelta al terreno de juego de "el Melsa" tras cinco minutos de respiro, el partido dio un vuelco. Mangecter empezó a tomar el mando del partido como antaño y Ventanilla, que había protagonizado una primera parte para olvidar, se puso por fin a faenar.

...Y unas cuantas bocanadas de talento

Una buena internada de Morancho por la izquierda fue finalizada por Ventanilla. En concreto, fue su cada vez menos prominente barriga la que impulsó un balón que acabó atravesando, a trompicones, la línea de gol. Efecto airbag, le llaman. Mangecster se creció y encerró al rival, que se vio obligado a recular, incrédulo ante el vendaval que se les venía encima. En poco menos de cinco minutos llegó el empate con sendos goles del pichichi, esta vez más académicos: un leve toque con la punta de la bota en un barullo en el área y la definición de la ya clásica jugada de Queco conocida como "anda, empújala tú que a mí me da la risa".

El gol definitivo llegó después de dos dobles penals en contra que Pelut resolvió con su imponente presencia: atajó el primero con seguridad, y de paso desafió al eventual segundo chutador, que intimidado, lanzó su disparo a la nubes. No así Ventanilla, que con un golazo por la escuadra desde el vértice del área grande dio la victoria que devuelve el honor y la dignidad perdidas a un equipo campeón.

El 1x1

Pelut: ASCENDENTE. Indiferente al desaliento, animó al equipo incluso en las circunstancias más adversas. Pudo hacer más en un par de goles en la primera parte, pero estuvo impecable en la segunda: realizó varias paradas de mérito y una intervención decisiva en el tramo final. No se le puede pedir pese a los problemas en los metacarpianos que le hicieron perderse los dos últimos partidos.

Bertran: CUMPLIDOR. De los pocos que se ha mantenido a flote en estos tiempos de fuertes mareadas. Despistado en la primera parte, se contagió del coraje de que el equipo mostró en la segunda y formó una infranquable línea defensiva con Joan. No se incorporó apenas al ataque... y el equipo lo agradeció.

Morancho: FUSTIGADO. Muy mermado en sus facultades físicas, imprescindibles para el tipo de jugador que es, lo intentó todo y en todas las posiciones. Se fue al suelo con frecuencia a causa de la fatiga y los encontronazos con la muralla defensiva universitaria, pero supo recobrar el aliento para participar decisivamente en la épica remontada de Mangecster.

Dani: ROBUSTO. Qué duda cabe que su fortaleza física contribuye a dotar de firmeza a una zaga falta de vigor de un tiempo a esta parte. Bien en el quite, aunque un poco alocado en la conducción. Pudo marcar algún gol en una de sus múltiples incursiones, pero le faltó sosiego y fortuna en la definición.

Joan: FOGOSO.
¡Qué importante es contar con jugadores temperamentales! Tras unos primeros 20 minutos en los que se encontró descolocado y pasó desapercibido, retrasó su posición en el campo y pudo mostrar "sus calidades" en la anticipación y el marcaje "hobbit a hombre". Buen elemento para partidos tensos.

Edu: COMPARSA. Poco que reseñar de su actuación. No lo hizo ni bien ni mal ni todo lo contario. Gris como todo el equipo en la primera parte y funcionarial en una segunda parte en la que cedió el protagonismo a los compañeros llamados a aparacer en las ocasiones desesperadas. Cumplió en ataque y, como de costumbre, le faltó contundencia en defensa.

Jordi: APLICADO. Entró al partido de su debut con Mangecster tarde y mal, como en él es habitual. Poco podía hacer para arreglar el desbarajuste del equipo, pero estuvo disciplinado en defensa y correcto en el despliegue. Consciente de sus limitadas dotes en el manejo del cuero, se limitó a mover le balón con acierto. No superó nunca a su par en el uno contra uno, pero tampoco se le exigía.

Queco: COMPROMETIDO. Una errática primera parte y un equipo deprimido no fueron óbice para que saltara de nuevo al campo bien entrada la segunda mitad, arrastrando su mágica pierna derecha por el dolor y con tres goles de desventaja en el marcador. Impuso su criterio en el toque y, apoyándose en la solvencia de la línea defensiva y la definición de Ventanilla, contribuyó a cambiar de signo un partido que estaba en el purgatorio. El All-Star seguirá siendo el referente del nuevo ciclo que está por venir.

Ventanilla: KILLER. Fue el fiel reflejo de lo que aconteció en el partido. Ofuscado en la primera parte y deslumbrante en la reanudación. Rectificó con creces sus incomprensibles errores de cara a puerta en los primeros compases del partido con cuatro goles consecutivos en el tramo decisivo que dieron la victoria a Mangecster: tres goles de ratita de área le dieron la confianza suficiente para sentenciar un zapatazo de crack en una falta directa.